El sábado amenazaba lluvia y por eso no teníamos muy claro si ibamos a salir o no. Quedamos en que por la mañana miraríamos por la ventana a ver que tiempo hacía y decidiríamos que hacer.
La mañana del sábado me levanté y fui hacia la ventana con la esperanza de que estuviera lloviendo y volver a meterme en mi camita, pero no. Hacía un sol espléndido. No había escusa para no montar.
Con tan poca planificación, la convocatoria no tenía pinta de ser muy masiva y así fue. Dos participantes carbonillas: Aton y yo.
Empezamos en Manzanares siguiendo las flechas del Camino de Santiago hasta coger un desvío que nos llevaría, primero a la Presa de la Maliciosa y después a La Barranca.
La subida a la presa es de las que te hace plantear el sentido de tener una bici y pasar la mañana del sábado sufriendo. Madre mía que rampas!!
Como yo era la primera vez que subía estos apenas dos kilómetros de pendientes del 30% me dejaba aconsejar por Aton. Pero de todos los consejos que me dio, el más evidente fue verle meter el plato pequeño cuando todavía no habíamos empezado a subir las rampas duras. Si Aton decide conservar sus pulsaciones como un preciado tesoro antes de tiempo, eso es que lo voy a pasar muy mal.
Como suele pasar, la meta llega cuando ya crees que no puedes más y haces la típica pregunta de ... ¿cuánta @#~~@##@# queda para terminar la #@@##@@~~~ rampaaa?
Después, la subida a La Maliciosa, una subida preciosa entre pinos que endurece un poco en el tramo final pero que las vistas arriba, a los pies de La Maliciosa y de la Bola del Mundo, hacen que el esfuerzo merezca la pena.
Desde arriba comienza la bajada, por un senderito de piedras primero, posteriormente por caminos rápidos, siguiendo por otros de fuertes pendientes que hacen que literalmente me quede sin freno trasero de tanto apretarlo. En definitiva una bajada muy bonita que vuelve a conectar con el Camino de Santiago, esta vez de vuelta.
Ya en esta última parte del recorrido, empieza a llover más intensamente. El último tramo es bastante llano aunque con muchísimos charcos. Será porque estábamos terminando, será por la lluvia o no sé por qué, empezamos a meter plato grande y a correr. Al principio sorteábamos los charcos pero al final decidimos (bueno, decidí) que era mejor pasarlos por el medio. En realidad tenía las gafas tan llenas de agua y barro que no veía nada así que me limité a coger fuerte el manillar y seguir recto, jejeje.
Así llegamos, hechos unos zorros. A tomar una ensaladita y a la lavadora directamente.
Para la próxima ruta esperemos que haya más poder de convocatoria. Desde los pedrorianos abogamos por la unión de las diferentes etnias y tendencias que componen esa gran familia que son LOS CARBONILLAS.
Participantes en la ruta... dos: Aton y Madriz La mañana del sábado me levanté y fui hacia la ventana con la esperanza de que estuviera lloviendo y volver a meterme en mi camita, pero no. Hacía un sol espléndido. No había escusa para no montar.
Con tan poca planificación, la convocatoria no tenía pinta de ser muy masiva y así fue. Dos participantes carbonillas: Aton y yo.
Empezamos en Manzanares siguiendo las flechas del Camino de Santiago hasta coger un desvío que nos llevaría, primero a la Presa de la Maliciosa y después a La Barranca.
La subida a la presa es de las que te hace plantear el sentido de tener una bici y pasar la mañana del sábado sufriendo. Madre mía que rampas!!
Como yo era la primera vez que subía estos apenas dos kilómetros de pendientes del 30% me dejaba aconsejar por Aton. Pero de todos los consejos que me dio, el más evidente fue verle meter el plato pequeño cuando todavía no habíamos empezado a subir las rampas duras. Si Aton decide conservar sus pulsaciones como un preciado tesoro antes de tiempo, eso es que lo voy a pasar muy mal.
Como suele pasar, la meta llega cuando ya crees que no puedes más y haces la típica pregunta de ... ¿cuánta @#~~@##@# queda para terminar la #@@##@@~~~ rampaaa?
Después, la subida a La Maliciosa, una subida preciosa entre pinos que endurece un poco en el tramo final pero que las vistas arriba, a los pies de La Maliciosa y de la Bola del Mundo, hacen que el esfuerzo merezca la pena.
Desde arriba comienza la bajada, por un senderito de piedras primero, posteriormente por caminos rápidos, siguiendo por otros de fuertes pendientes que hacen que literalmente me quede sin freno trasero de tanto apretarlo. En definitiva una bajada muy bonita que vuelve a conectar con el Camino de Santiago, esta vez de vuelta.
Ya en esta última parte del recorrido, empieza a llover más intensamente. El último tramo es bastante llano aunque con muchísimos charcos. Será porque estábamos terminando, será por la lluvia o no sé por qué, empezamos a meter plato grande y a correr. Al principio sorteábamos los charcos pero al final decidimos (bueno, decidí) que era mejor pasarlos por el medio. En realidad tenía las gafas tan llenas de agua y barro que no veía nada así que me limité a coger fuerte el manillar y seguir recto, jejeje.
Así llegamos, hechos unos zorros. A tomar una ensaladita y a la lavadora directamente.
Para la próxima ruta esperemos que haya más poder de convocatoria. Desde los pedrorianos abogamos por la unión de las diferentes etnias y tendencias que componen esa gran familia que son LOS CARBONILLAS.
Las flores no dejan ver la pendiente ...
... pero las piernas si la han sentido
Después de los rampones de la Presa de la Maliciosa, comenzando la subida a La Barranca