Poco a poco me me he convertido en el cronista de los eventos biciclistas. Y no es que ello me disguste ni mucho menos. Pero el blog, queridos carbonillas, necesita de savia nueva y nuevos aires. Asi que ya sabeis, solo necesitais ir a las rutas, llevaros una camara y echarle algo de imaginación. Que se que alguno de vosotros tiene muy buena "pluma". Bueno vamos a lo que interesa.
Fin de semana en la Mata del Quintanar, cuna del mismisimo Anfeta, fechas 8-9-10, fiestas de este pueblo segoviano. Llegamos Morcimen y yo a esto de las diez de la noche del Viernes, previo atasco made in Madrid y cenamos en el Cachiman restaurante y centro social del pueblo. Alli habiamos quedado con los vascos, amigos de Ezcaray que se habian apuntado al evento. Hola, que pasa, Aitor, Hombre Landis, que tal German, cuanto tiempo Manu. El pueblo a medianoche estaba en todo su esplendor recien llegados el Anfeta y su pretty Ruti. Habia una luna gigante sobre un cielo oscuro, en la plaza diez chicos se retorcian bailando Paquito el chocolotero al compas de una orquestilla, al tiempo que otros cuantos arrastraban un pino traido de nosedonde para plantarlo cerca de noseque, costumbres locales de las que disfrutamos mientras engulliamos un puñado de botellines. Pero el dia de mañana se antojaba largo y nos metimos en el sobre pronto.
Las del alba serian cuando el Sabado nos levantamos para coger los coches e ir a Valsain, zona de la sierra limitrofe, Madrid-Segovia. Desayunamos, y nos encontramos con, que tal lagarto, como andas, cuanto tiempo, venga coger las maquinas y toparri por el camino forestal que va al viejo camino del Paular y al llegar, torcemos toparri para tomar la pista de las raices que desemboca en cotos, subida dura y técnica que aderezamos con explicaciones y anecdotas sobre nuestras andanzas por la sierra de Madrid, que si ese es el Peñalara, que si una vez adelante a tal en esta rampa, que si bajando por aqui nos entramos a pascual. Y cuando estabamos en estas, rodando hacia Navacerrada, la Bola nos tentó: nos llamo desde arriba, desde sus mas de 350 mts de desnivel, desde sus antenas rojas y blancas, desde sus empinadisimas rampas de hormigon. Y esta vez nosotros eramos los pilotos locales, los que teniamos que dar la talla. Miramos a los vascos a los ojos y pese a no ser del mismo Bilbao pudimos comprobar que no se iban a amilanar; asi que parri todos en bloque, siete valientes a cumplir el desafio... pero la Bola es mucha Bola y estaba dispuesta a premiarnos al final de la subida con un fortísimo granizo al ritmo de truenos y bajo los flashes de los rayos. El temporal aumento el ritmo infernal que llevabamos y corrimos a protegernos bajo un tejadillo. Reagrupamos unidades en la cafeteria del remonte donde secamos la ropa y calentamos las tripas con un caldo avecrem delicioso. La prueba de hombria habia concluido, vuelta a navacerrada y a disfrutar de los senderos, sendas, caminitos, roderas que se entralazaban de forma aleatoria durante mas de dos horas de bajada para conducirnos de vuelta a la boca del asno donde teniamos los coches. ¡que buenas sensaciones! comentabamos pletoricos tomándonos unas cervezas. Luego a dormir la siesta, y por la noche a cenar lo que no comimos a mediodia, en Segovia el tipico, ligero y digestivo menu de la tierra: judiones de la granja, cochinillo, y pastel de ponche segoviano. Con la tripa como una caja de bombas volvimos a la Mata con el firme proposito de no declararnos la guerra química en la casa rural y por eso dejamos las ventanas abiertas. Fuera en las fiestas de la Mata todo seguia igual y un torrente de ruidos invadian nuestros sueños, quepajaombre, no hay quien duerma, la orquesta machacaba una por una todas las canciones de Camela. Pero con el amanecer llego la calma y la mañana del Domingo. Dia de la ruta oficial de la Mata con multitudinaria asistencia, 160 seres humanos entre ellos los desaparecidos carbonillas Alvarito, Epo, Luis, Petador y los clasicos Madriz y MelonBoy que junto a Morci y Aton ayudamos al Anfeta, organizador del evento. Ruta tranquila de 42 kms por los pueblecillos cercanos durante los cuales fuimos todo el tiempo animados por lugareños; buen ambiente, momentos para charlar, para animar a los mas rezagados que se tomaban como un reto el llegar, para recuperar fuerzas en algun bar haciendo tiempo... y llegada de vuelta a la Mata para asistir al sorteo de material, camisetas, para despedirnos de todos los amigos que fueron desapareciendo poco a poco con la promesa de vernos cuanto antes. Fin de fiesta; comilona de Morci y Aton con Ruti, el Anfeta y su familia al completo. ¡Que grandes momentos nos da este deporte! Y el lunes como siempre vuelta a Mammoth para arreglar algo.
Fin de semana en la Mata del Quintanar, cuna del mismisimo Anfeta, fechas 8-9-10, fiestas de este pueblo segoviano. Llegamos Morcimen y yo a esto de las diez de la noche del Viernes, previo atasco made in Madrid y cenamos en el Cachiman restaurante y centro social del pueblo. Alli habiamos quedado con los vascos, amigos de Ezcaray que se habian apuntado al evento. Hola, que pasa, Aitor, Hombre Landis, que tal German, cuanto tiempo Manu. El pueblo a medianoche estaba en todo su esplendor recien llegados el Anfeta y su pretty Ruti. Habia una luna gigante sobre un cielo oscuro, en la plaza diez chicos se retorcian bailando Paquito el chocolotero al compas de una orquestilla, al tiempo que otros cuantos arrastraban un pino traido de nosedonde para plantarlo cerca de noseque, costumbres locales de las que disfrutamos mientras engulliamos un puñado de botellines. Pero el dia de mañana se antojaba largo y nos metimos en el sobre pronto.
Las del alba serian cuando el Sabado nos levantamos para coger los coches e ir a Valsain, zona de la sierra limitrofe, Madrid-Segovia. Desayunamos, y nos encontramos con, que tal lagarto, como andas, cuanto tiempo, venga coger las maquinas y toparri por el camino forestal que va al viejo camino del Paular y al llegar, torcemos toparri para tomar la pista de las raices que desemboca en cotos, subida dura y técnica que aderezamos con explicaciones y anecdotas sobre nuestras andanzas por la sierra de Madrid, que si ese es el Peñalara, que si una vez adelante a tal en esta rampa, que si bajando por aqui nos entramos a pascual. Y cuando estabamos en estas, rodando hacia Navacerrada, la Bola nos tentó: nos llamo desde arriba, desde sus mas de 350 mts de desnivel, desde sus antenas rojas y blancas, desde sus empinadisimas rampas de hormigon. Y esta vez nosotros eramos los pilotos locales, los que teniamos que dar la talla. Miramos a los vascos a los ojos y pese a no ser del mismo Bilbao pudimos comprobar que no se iban a amilanar; asi que parri todos en bloque, siete valientes a cumplir el desafio... pero la Bola es mucha Bola y estaba dispuesta a premiarnos al final de la subida con un fortísimo granizo al ritmo de truenos y bajo los flashes de los rayos. El temporal aumento el ritmo infernal que llevabamos y corrimos a protegernos bajo un tejadillo. Reagrupamos unidades en la cafeteria del remonte donde secamos la ropa y calentamos las tripas con un caldo avecrem delicioso. La prueba de hombria habia concluido, vuelta a navacerrada y a disfrutar de los senderos, sendas, caminitos, roderas que se entralazaban de forma aleatoria durante mas de dos horas de bajada para conducirnos de vuelta a la boca del asno donde teniamos los coches. ¡que buenas sensaciones! comentabamos pletoricos tomándonos unas cervezas. Luego a dormir la siesta, y por la noche a cenar lo que no comimos a mediodia, en Segovia el tipico, ligero y digestivo menu de la tierra: judiones de la granja, cochinillo, y pastel de ponche segoviano. Con la tripa como una caja de bombas volvimos a la Mata con el firme proposito de no declararnos la guerra química en la casa rural y por eso dejamos las ventanas abiertas. Fuera en las fiestas de la Mata todo seguia igual y un torrente de ruidos invadian nuestros sueños, quepajaombre, no hay quien duerma, la orquesta machacaba una por una todas las canciones de Camela. Pero con el amanecer llego la calma y la mañana del Domingo. Dia de la ruta oficial de la Mata con multitudinaria asistencia, 160 seres humanos entre ellos los desaparecidos carbonillas Alvarito, Epo, Luis, Petador y los clasicos Madriz y MelonBoy que junto a Morci y Aton ayudamos al Anfeta, organizador del evento. Ruta tranquila de 42 kms por los pueblecillos cercanos durante los cuales fuimos todo el tiempo animados por lugareños; buen ambiente, momentos para charlar, para animar a los mas rezagados que se tomaban como un reto el llegar, para recuperar fuerzas en algun bar haciendo tiempo... y llegada de vuelta a la Mata para asistir al sorteo de material, camisetas, para despedirnos de todos los amigos que fueron desapareciendo poco a poco con la promesa de vernos cuanto antes. Fin de fiesta; comilona de Morci y Aton con Ruti, el Anfeta y su familia al completo. ¡Que grandes momentos nos da este deporte! Y el lunes como siempre vuelta a Mammoth para arreglar algo.