Cuando me dispongo a relatar tan singular fin de semana... noto ya que mi enfermedad no tiene vuelta atras y que irremediablemente mi suerte corre junto a la de mis colegas... es decir, direccion al water.
Decidimos recibir al otoño en bicicleta por los aledaños de los montes de Toledo. Cerros continuos, ondulados y tulgentes que se alzan armónicos en un horizonte plumbeo y nuboso (lo siento, vale ya me he quedado tranquilo) Que era bonito vamos! El Patas hizo de anfitrion y contrato para el fin de semana la finca de "los santos inocentes". Una pasada. Pero en el placer esta el pecado, y en el pecado la trampa. Aquel caseron infinito tenia en sus entrañas (las tuberias...tu verias la cagalera) un mal endémico; de sus cañerias salia un zumo ferroso que confundimos con agua y con el cual llenamos nuestras camelbaks de 3 litros; lo demas lo hizo un dia seco, un trazado duro y 80 kms de ruta. El virus hizo mella en Melonboy ya por la tarde... hoy cuando el Patas y Morci... me han llamado para decirme "ya estan aqui" se que yo sere el siguiente; y escribo esto mientras espero la llamada de mis adentros pidiendome permiso para salir. En fin os dejo. (ATON)
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