Larga bajada tras el subidón. El campo estaba full-equipe.
Rio Grande, Abajo de las monturas!
Senderos rápidos.
Algún momento de crisis. Dios, cuanto dura esto!
23 mayo 2007
22 mayo 2007
16 mayo 2007
15 de mayo. San Isidro 2007. Puerta del Sol - Cercedilla
Mientras esperamos ansiosos los comentarios y fotos de la escapada Carbonilla a los Pueblos Negros, os cuento como fue la Ruta Chulapa de Madrid al Cielo organizada por Mammoth el día de San Isidro.
Empezamos con la foto de familia en la Puerta del Sol y desde allí nos dirigimos por Alcalá y la Castellana hasta Fuencarral. Más adelante, seguimos las indicaciones del Camino de Santiago hasta Tres Cantos, Colmenar, Manzanares, Mataelpino, Navacerrada y Cercedilla. Acabamos en las Dehesas con un buen atracón gastronómico estupendamente organizado por Mammoth.
Representación Carbonilla en esta ruta…1, o sea, yo. Que si menuda ruta globera, que si no hay ni un puto descenso, que si hay que levantarse muy pronto, que si son muchos kilómetros…. vale, vale, os lo guardo para la próxima ocasión. Que sepáis que me lo pasé muy bien, que la ruta fue muy divertida, que había subidotes, bajadotes, trialeras, agua, barro,… Que fueron 75 kilómetros con 1.500 de desnivel acumulado y 4.500 calorías y que conocí a gente muy maja y muy simpática y que a lo mejor, otro fin de semana, pues el que no puede ir con vosotros soy yo porque me voy de ruta con mis nuevos amigos, los mammothianos.
Ah!, Madrid, como siempre, espectacular y en San Isidro, por la Castellana, pasando por el Bernabéu…, ufff! se me ponen los pelos de punta.
Empezamos con la foto de familia en la Puerta del Sol y desde allí nos dirigimos por Alcalá y la Castellana hasta Fuencarral. Más adelante, seguimos las indicaciones del Camino de Santiago hasta Tres Cantos, Colmenar, Manzanares, Mataelpino, Navacerrada y Cercedilla. Acabamos en las Dehesas con un buen atracón gastronómico estupendamente organizado por Mammoth.
Representación Carbonilla en esta ruta…1, o sea, yo. Que si menuda ruta globera, que si no hay ni un puto descenso, que si hay que levantarse muy pronto, que si son muchos kilómetros…. vale, vale, os lo guardo para la próxima ocasión. Que sepáis que me lo pasé muy bien, que la ruta fue muy divertida, que había subidotes, bajadotes, trialeras, agua, barro,… Que fueron 75 kilómetros con 1.500 de desnivel acumulado y 4.500 calorías y que conocí a gente muy maja y muy simpática y que a lo mejor, otro fin de semana, pues el que no puede ir con vosotros soy yo porque me voy de ruta con mis nuevos amigos, los mammothianos.
Ah!, Madrid, como siempre, espectacular y en San Isidro, por la Castellana, pasando por el Bernabéu…, ufff! se me ponen los pelos de punta.
11 mayo 2007
Domingo 6 de mayo. Malagón, Robledondo, Zarzalejo, El Escorial. El Día de la Paranoia
Volvemos a nuestra querida Sierra Madrileña para hacer una ruta por los alrededores de El Escorial. Subida al Malagón, camino hacia Robledondo, trialeras hasta Zarzalejo y Calzada Romana hasta El Escorial.
La ruta ya la conocemos la mayoría y nos apuntamos Aton, Campeón Gallego, Melonboy, Bicimaniac, Evo y yo.
En las primeras rampas del Malagón empiezan los problemas. La bici del Campeón sufre del mal de Fox que ya padecieran hace un par de meses las máquinas de Aton y la mía. Suspensión hundiéndose progresivamente hasta terminar totalmente abajo. Campeón decide aguantar hasta que se le hunda por completo y nos encaminamos hacia el ascenso por las famosa “zetas” de Abantos también conocidas como “elpequeñoalpedué”
Antes de encarar las zetas nos damos cuenta de que es efectivamente el DÍA DE LA PARANOIA. Mi bici se frena constantemente en su disco delantero y la dirección va muy floja.
La dirección de Evo tampoco va fina, la suspensión del Campeón sigue en su particular camino descendente y la cadena de Bicimaniac golpea con fuerza el desviador.
Nos reponemos ante la adversidad, subimos las divertidas zetas y posteriormente los rampones de asfalto finales al Malagón.
Vemos que Aton, Melonboy y Bicimaniac no han llegado y ya presumimos un nuevo percance. Efectivamente, Melonboy tiene problemas con el desviador en donde se ha incrustado una piedrecita. Con la intervención de Bicimaniac y Aton a punto estuvo de convertirse en un problema generalizado de pedalier, platos y desviador. Finalmente consiguen solucionarlo y se ponen en marcha.
Llega Aton pero Bicimaniac y Melonboy siguen sin aparecer, ¿qué coño habrá pasado ahora? Melonboy, sí ese que tanto se reía ante nuestras paranoias, reventó la cubierta. Un pequeño palito que se le quedó atravesado en la subida a las zetas fue poco a poco haciendo su trabajo hasta que consiguió destrozar la rueda.
En la cima del Malagón decidimos seguir todos hasta Robledondo y la Cruz Verde donde diríamos adiós a Melonboy y Campeón que anuncian su próxima vista a Mammoth todo a 100 (euritos).
Un ciclista local nos muestra un senderito cañero para no tener que ir por carretera a la Cruz Verde (Panceta Meeting Point). Nunca terminas de encontrar caminos nuevos en estas rutas!!
Seguimos desde la Cruz Verde los demás y nos encontramos con las ya conocidas bajadas trialeras a Zarzalejo que cada cual las va superando según su estilo.
Al principio de la bajada nos volvemos a cruzar con el ciclista local al que se la ha desprendido literalmente el sillín con tanta piedra. Como nos hacemos cargo de la incomodidad que tiene que ser ir subido directamente sobre la tija, le echamos una mano, o más bien un maño. Evo se encarga de ponerle el sillín en su sitio al más puro estilo baturro.
Para prevenir males mayores y sobre todo porque NO LLEVA CASCO (Madre de Dios!, que todavía haya gente que monte sin casco), decide nuestro amigo ciclista darse la vuelta y seguir por carretera.
Tras las trialeras una nueva sorpresa, mi cuentakilómetros ha desaparecido!!. A rascarse otra vez el bolsillo en el todo a 100, esto es un no parar.
Desde Zarzalejo tomamos la Calzada Romana que parece un acueducto del agua que lleva. Atravesamos charcos que nos cubren hasta el eje y seguimos por barro, agua y piedra hasta llegar al caminito que nos lleva a El Escorial y de ahí nuevamente al merendero donde hemos dejado los coches.
La pequeña ruta de unas tres horas se nos ha convertido en casi cinco por lo que nos tenemos que quedar a comer una de las fantásticas hamburguesas de hippos en vez de ir a casa de nuestras madres como requería el día, perdonad mamis!!
Al final la recompensa en Hippos
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